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Todos los que hemos creado una empresa o estamos en el proceso, nos hemos hecho estas cuestiones:
¿Cómo consigo que me conozcan?
¿Cómo lo hago para transmitir adecuadamente lo que es mi empresa?
¿Dónde estan mis clientes?
¿Cómo me dirijo a ellos?
¿Cómo les convenzo de que me necesitan?

Estas son algunas de las preguntas que surgen cuando lanzamos nuestro proyecto o idea… Por esta razón, desde Cetrex queremos darte unos consejos que debes tener en cuenta si quieres ir un poco más relajado ante tu nueva vida.

Lo primordial es coger conciencia de que vas a necesitar muchas horas de dedicación, por lo que vas a tener que reconciliarte con la paciencia (que a la mayoría nos cuesta de lograr) y ponerte manos a la obra para empezar a hacer ruido. Lo que está claro es que no puedes ir dejando las actividades de búsqueda y investigación de lado, ya que sin insistencia y disciplica, en este sentido, no vamos a lograr los objetivos marcados.

Por otro lado, uno de los factores más importantes es saber qué vas a contarles a tus clientes, es decir, cómo te vas a vender ante tus clientes… Explícales exactamente quién eres, a qué te dedicas y qué puedes ofrecerle tú para «solucionarle la vida» o algunos problemillas, es decir, proporcionale soluciones, beneficios claros y directos. Si este paso lo realizas correctamente, tendrás mucho ganado: se trata de conocer bien a tu cliente y saber qué necesita de ti, para poderselo transmitir de la manera más rápida, directa y entendedora posible.

Además de esto, es imprescindible segmentar a tus clientes… ¿Qué queremos decir con segmentar? Existen muchas empresas que consideran que fragmentar a sus potenciales clientes es una buena opción, pero desde Cetrex ya te adelantamos que hay una diferencia abismal entre fragmentar y segmentar; Fragmentar es dividir a los clientes aleatoriamente, sin tener en cuenta ningún factor geográfico o demográfico… Por lo contrario, segmentar es estipular segmentos de clientes que se relacionan entre ellos por unas características parecidas definidas, ya sea por gustos, zona o aficiones.

Por último, y no menos importante, una vez hayas buscado y encontrado a estos clientes, enamoralos hasta las últimas consecuencias… Un cliente fiel será un preescriptor de tu marca o empresa.

 

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