Numerosos artículos explican, mediante diferentes técnicas, cómo conseguir atraer a tus clientes, como por ejemplo mediante una creatividad jugosa, el marketing directo o el marketing sensorial. Sin embargo, tan importante es conseguirlos como saber mantenerlos. Por ello, existen ciertos métodos que ayudan y facilitan que puedas aferrar a los clientes a tu empresa:
1. Buscar el punto medio entre el desentendimiento y el agobio. ¿Cuántas veces hemos entrado en un comercio y nos han asaltado, literalmente, para ofrecernos ayuda o intentar vendernos algún producto?¿Y cuántas nos hemos sentido desamparados al sentir que no hay un solo trabajador que se preste para ofrecernos su ayuda? Estos son los dos polos que no debemos pisar jamás. Pasar del cliente o agobiarlo conducirá al cliente a la puerta de salida, seguramente para no volver nunca más. Debemos mantener cierto equilibrio, entre saber respetar el espacio del cliente y saber estar ahí cuando lo necesite. Según diversos estudios, este gesto, que puede parecer insignificante, puede asegurar hasta el 70% de fidelización por parte de los clientes.
2. Cada fase de compra es importante. A menudo, según cómo sea tu negocio, un cliente debe pasar por diferentes personas hasta realizar la compra final del producto. Esta “cadena” de personas debe ser impecable, siendo la siguiente persona más impecable que la anterior. El cliente no se acordará de lo bien que lo han tratado las tres personas anteriores si la cuarta y última le ofrece un servicio pésimo. Por ello, la última persona que cierra la compra debe ser la más eficaz, la que ofrezca un mejor servicio, un mejor trato, de él dependerá gran parte de la imagen de marca.
3. Servicio postventa. El servicio postventa quizás sea uno de los puntos más importantes a la hora de fidelizar a un cliente y, paradójicamente, su utilización es bastante inexistente. El cliente agradecerá que se interesen por él una vez comprado el producto, que no sienta que solo han estado encima para venderle el producto y luego ya lo han abandonado, porque se sentirá utilizado. Debemos ofrecer un servicio de seguimiento para interesarnos por él, preguntar si está satisfecho con el producto, sus sensaciones y opiniones, además de facilitar cualquier tipo de solución ante la posibilidad que exista cualquier tipo de problema con el producto vendido.
4. El cuestionario de satisfacción Mucho pensaréis que es un método desfasado y que hoy en día ha quedado descatalogado del repertorio, pero nada más lejos de la realidad. Un cuestionario en el que se pregunte si ha quedado satisfecho con el producto, que exponga en qué podemos mejorar, si ha tenido cualquier tipo de problema y sugerir posibles soluciones se convierte en la mejor forma de tener a un cliente satisfecho, atendido y, por consiguiente, fiel a tu marca.
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